Inclusión de las personas mayores en las políticas públicas en nuestro país

Por: Klga. Andrea Sánchez Rivera, Mg. en Gerontología Clínica.

La población de personas mayores en Chile se ha incrementado rápidamente en los últimos años, lo que ha llevado a que nuestra población envejezca aceleradamente. Según el INE (Censo 2017), la población mayor concentra un 17,5% de la población total y con esto, los enfoques sociosanitarios se han ido modificando en pro de resguardar la calidad de vida de este grupo, destacando que el proceso de envejecimiento abarca todo el ciclo vital, y que empezamos a envejecer desde que nacemos.

En Chile, desde la década de los 90’ en adelante, la población de personas mayores ha tenido mayor relevancia en las políticas públicas, debido a la conformación de la Política Nacional para el Adulto Mayor (AM) del Comité de AM, que finalizó con la creación del Servicio Nacional del AM (SENAMA) en el 2002 bajo la Ley 19.828, hecho que constituyó el primer paso hacia la institucionalidad para las personas mayores en nuestro país.

Lo anterior, se desprende de los acuerdos internacionales que nuestro país ha ratificado desde la Declaración Universal de Derechos Humanos (ONU, 1948), y la de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (ONU, 1966), donde se establecen sistemas universales para la conservación de los derechos en materia de seguridad social.

La participación activa de Chile a nivel Internacional en el Plan de Acción de Madrid sobre el Envejecimiento, tuvo como resultado la materialización de la Convención Interamericana sobre la protección de los Derechos Humanos de las Personas mayores, la cual fue ratificada y promulgada por nuestro país el 01 de septiembre del 2017.

En relación a la Convención en Chile, hablar de un sistema fundado en derechos implica ocuparse de todas las formas de vulnerabilidad y exclusión social (salud, seguridad económica, bienestar social y no discriminación). Por ello, la reforma previsional que creó la Pensión Básica Solidaria de Vejez, permitió incorporar la Pensión Básica Solidaria de Vejez (PBSV) y el Aporte Previsional Solidario de Vejez (APSV), además del Bono por hijo a las mujeres, haciéndose cargo por primera vez el Estado chileno de la vulnerabilidad social de las personas pensionadas y de género.

La instauración del Programa Nacional de personas mayores del MINSAL, la incorporación del PACAM, el examen de medicina preventiva (EMPAM) y de patologías GES, la incorporación en la modificación de la Ley 20.854 de atención preferente de salud para personas mayores y con discapacidad, durante este año, sin duda han sido un esfuerzo en esta materia desde las políticas públicas sanitarias, que buscan otorgar una atención de calidad y oportuna a las personas mayores con enfoque de promoción, prevención e intervención y tratamiento.

El SENAMA, como institucionalidad pública, ha impulsado diversos programas de fortalecimiento y empoderamiento de este grupo, y ha permitido que muchas personas mayores puedan participar en la vida social y republicana, además de poner en la agenda nacional y pública temas como la no discriminación y buen trato hacia las personas mayores y reivindicar el rol social de las personas mayores.

La inclusión de las personas mayores en las políticas de seguridad social en Chile ha ido de menos a más, desde un enfoque asistencialista al de derecho, reconociéndose como un grupo vulnerable y con necesidades especiales que permitan asegurar una vida digna, reflejada en las medidas que mencioné con anterioridad, pero que van en vías de desarrollo pleno en pro de una mejor calidad de vida de estas personas, donde todos los mayores sean mirados como sujetos contribuyentes.

Queda en deuda aún el poder avanzar en temas de equidad social de estos derechos, posicionar el rol social activo de los mayores en nuestras comunidades y potenciar el surgimiento de ciudades y espacios amigables para la vejez, rechazando todo tipo de discriminación fundada en la edad, maltrato y aislamiento social. Concientizar estos temas hoy, harán que tengamos una vejez con respeto, dignidad y mejor calidad de vida mañana.

 

Klga. Andrea Sánchez Rivera.

Departamento de Kinesiología

Universidad de Concepción