Por: Klgo. Felipe Parada Hernández, Subdirector Unidad de Telemedicina UdeC.

No cabe duda que esta pandemia del coronavirus nos ha afectado a todas y todos de una forma u otra; la manera en que nos relacionamos, la forma en que aprendemos, y definitivamente la forma en que atendemos a nuestras y nuestros pacientes. Esta crisis ha puesto a prueba a todos los sistemas de salud a nivel mundial, algunos respondiendo de forma más favorable que otros, pero sin duda, afectándolos de sobremanera.

Sin embargo, es por esta razón que también ante esta crisis surgen oportunidades, tal como lo ha hecho la telemedicina a nivel mundial, al punto que se han logrado avances que hubiesen tomado años sin la crisis por el coronavirus. En Chile, por ejemplo, FONASA liberó 46 prestaciones de salud, para realizarlas en modalidad telemédica, en las que se incluyen especialidades médicas, fonoaudiologia, nutrición, psicología y kinesiología. Esto suma al sistema de salud y todos los prestadores un tremendo desafío en lo que respecta a atenciones clínicas en modalidad teleconsulta, manteniendo los estándares de calidad, seguridad y confidencialidad, tal como en una atención presencial.

Sabemos que no podemos solucionar todo con uso de la telemedicina y telesalud, pero también sabemos que se puede transformar en una gran herramienta complementaria a la atención presencial, porque debemos entender que la telesalud nunca se ha propuesto ser un reemplazo de la atención presencial, sino ser un complemento de la misma.

En mi experiencia, durante estos últimos 7 años dedicados al área de la telemedicina y telesalud en Chile, he visto cómo ha ido evolucionando esta estrategia en nuestro país, en donde la Unidad de Telemedicina de la Universidad de Concepción, ha tenido un rol protagónico en la materia, formando a los referentes nacionales en telemedicina de Chile, con el Diplomado en Telemedicina y Tecnologías de Información en Salud, pionero en nuestro país, que este 2020 va en su 5ª versión, con matricula histórica y, además, con carácter internacional. También hemos apoyado a la salud pública de Chile, atendiendo a más de 70 mil pacientes desde Arica a Magallanes, incluso la Isla Robinson Crusoe en el Archipiélago Juan Fernández.

Ahora tenemos el gran desafío de desarrollar la telerehabilitación, para poder llegar a muchos pacientes que han quedado fuera del sistema, horas postergadas y tratamientos incompletos a causa de esta crisis sanitaria. Es en este marco, que la Universidad de Concepción tiene mucho que aportar en el área, tanto en la formación de capital humano, como en la implementación de la estrategia a nivel público y privado.

Klgo. Felipe Parada Hernández

Docente Departamento Kinesiología

Subdirector Unidad de Telemedicina

Universidad de Concepción